El proyecto surge de la necesidad de una jefa de familia por cambiar las láminas de asbesto del techo de su casa.
La señora Gabriela es parte del equipo de COTAPAREDES Arquitectos en el área de limpieza y mantenimiento, y un día nos pidió recomendación sobre cómo cambiar sus láminas ya que no habían sido reemplazadas desde la construcción de la casa hace más de 40 años.
Realizamos una visita, en la cual nos percatamos de la situación en la que realmente se encontraba la vivienda. Habitaciones con cubierta de lámina de asbesto (cancerígena) que producía gran calor en el interior, losas de concreto dañadas por la humedad y con solo dos metros de altura de piso a techo. La casa contaba con tres habitaciones sin iluminación y ventilación natural. La cubierta de la cocina era de lámina galvanizada. Los muros de toda la casa estaban dañados por la humedad y filtraciones de agua, los pisos comenzaban a desprenderse debido al crecimiento de las raíces de un árbol plantado equivocadamente cerca de la entrada o una ampliación mal planeada.
Todos los habitantes compartían un solo baño, y debido a que la casa no contaba con instalación hidráulica, la familia se bañaba con cubetas de agua de un pozo ubicado al frente de la cocina.
Después de la visita nos quedamos pensando en cómo podíamos ayudarlos.
Si únicamente cambiábamos las láminas por unas nuevas, esto no sería suficiente para mejorar la calidad de vida de la familia. Por lo que después de mucho reflexionar imaginamos una manera en la que la oficina de COTAPAREDES Arquitectos financiara la obra para cambiar las láminas por losas sólidas.
El reto principal era diseñar las nuevas losas para que permitieran el paso de ventilación e iluminación natural, por lo que pensamos en un sistema de losas en forma de sierra, desfasadas en altura e inclinación. Esta solución no convenció a Gaby tanto estética como funcionalmente, ya que generaban un problema en la evacuación de las aguas pluviales. Fue en este momento cuando nos dimos cuenta que para corregir a fondo los problemas de la vivienda sería necesaria una intervención mayor.
Propusimos un nuevo esquema en el que todas las losas serían planas.
Creamos un patio que articula las recámaras de sus hijos para conseguir iluminación y ventilación natural. Añadimos un nuevo espacio de recepción-sala para vestibular, el acceso a las habitaciones y cocina desde el interior de la vivienda. Además, se agregó un baño privado para la recámara principal.
El proceso de diseño fue elaborado tomando en cuenta las opiniones, necesidades y aspiraciones de Gaby y su familia. Realizamos revisiones de proyecto que fueron documentadas en video.
Apoyados por los ingenieros de cantiléver estructuras, dirigidos por el ingeniero Félix Trejo, se realizó una inspección donde analizamos la integridad de los elementos estructurales de la vivienda, revelando que no contaba con castillos o columnas armadas ni zapatas.
Por lo que se propuso rescatar muros y losas en buen estado buscando el ahorro y aprovechamiento de los recursos.
Respetamos la ubicación de la cocina, así como un muro diagonal que responde a la ubicación de un pozo de agua, alineamos los ejes de la casa, sustituimos todos los techos de lámina por losas de viguetas de concreto pretensadas y bovedillas de poliestireno de alta densidad, se decidió rescatar la losa de la recamara principal, ya que era la única funcional.
Cuando inició la obra, nos dimos cuenta que bajo la casa convergían drenajes de vecinos, debido a esto decidimos cambiar toda la instalación hidrosanitaria para que no tuviera problemas de saturación en el futuro.
El proyecto era demasiado ambicioso para nosotros solos, imaginamos que sería posible financiarlo generando contenido audiovisual monetizable a través de plataformas digitales, principalmente YouTube y Facebook, convirtiéndose en un proyecto sustentable a largo plazo; pero no fue así.
Buscando apoyo, invitamos a empresas nacionales a colaborar en el proyecto aportando materiales de construcción a cambio de publicidad en redes sociales y fue una sorpresa muy satisfactoria el darnos cuenta que muchas empresas decidieron apoyar el proyecto de Gabriela.
Por lo que debemos agradecer puntualmente a cada una de ellas, ya que sin su apoyo este proyecto no hubiese sido posible:
Gracias a este proyecto nos dimos cuenta que la buena arquitectura es más necesaria en las viviendas más humildes, qué lo más ecológico es no construir desde cero y que trabajando en conjunto se pueden lograr grandes cambios.
Si como arquitectos nos enfocamos en mejorar las viviendas existentes de la población, causaremos un menor impacto en el planeta y al mismo tiempo mejoraremos la vida de millones de familias que no pueden acceder a una nueva vivienda.
El proyecto surge de la necesidad de una jefa de familia por cambiar las láminas de asbesto del techo de su casa.
La señora Gabriela es parte del equipo de COTAPAREDES Arquitectos en el área de limpieza y mantenimiento, y un día nos pidió recomendación sobre cómo cambiar sus láminas ya que no habían sido reemplazadas desde la construcción de la casa hace más de 40 años.
Realizamos una visita, en la cual nos percatamos de la situación en la que realmente se encontraba la vivienda. Habitaciones con cubierta de lámina de asbesto (cancerígena) que producía gran calor en el interior, losas de concreto dañadas por la humedad y con solo dos metros de altura de piso a techo. La casa contaba con tres habitaciones sin iluminación y ventilación natural. La cubierta de la cocina era de lámina galvanizada. Los muros de toda la casa estaban dañados por la humedad y filtraciones de agua, los pisos comenzaban a desprenderse debido al crecimiento de las raíces de un árbol plantado equivocadamente cerca de la entrada o una ampliación mal planeada.
Todos los habitantes compartían un solo baño, y debido a que la casa no contaba con instalación hidráulica, la familia se bañaba con cubetas de agua de un pozo ubicado al frente de la cocina.
Después de la visita nos quedamos pensando en cómo podíamos ayudarlos.
Si únicamente cambiábamos las láminas por unas nuevas, esto no sería suficiente para mejorar la calidad de vida de la familia. Por lo que después de mucho reflexionar imaginamos una manera en la que la oficina de COTAPAREDES Arquitectos financiara la obra para cambiar las láminas por losas sólidas.
El reto principal era diseñar las nuevas losas para que permitieran el paso de ventilación e iluminación natural, por lo que pensamos en un sistema de losas en forma de sierra, desfasadas en altura e inclinación. Esta solución no convenció a Gaby tanto estética como funcionalmente, ya que generaban un problema en la evacuación de las aguas pluviales. Fue en este momento cuando nos dimos cuenta que para corregir a fondo los problemas de la vivienda sería necesaria una intervención mayor.
Propusimos un nuevo esquema en el que todas las losas serían planas.
Creamos un patio que articula las recámaras de sus hijos para conseguir iluminación y ventilación natural. Añadimos un nuevo espacio de recepción-sala para vestibular, el acceso a las habitaciones y cocina desde el interior de la vivienda. Además, se agregó un baño privado para la recámara principal.
El proceso de diseño fue elaborado tomando en cuenta las opiniones, necesidades y aspiraciones de Gaby y su familia. Realizamos revisiones de proyecto que fueron documentadas en video.
Apoyados por los ingenieros de cantiléver estructuras, dirigidos por el ingeniero Félix Trejo, se realizó una inspección donde analizamos la integridad de los elementos estructurales de la vivienda, revelando que no contaba con castillos o columnas armadas ni zapatas.
Por lo que se propuso rescatar muros y losas en buen estado buscando el ahorro y aprovechamiento de los recursos.
Respetamos la ubicación de la cocina, así como un muro diagonal que responde a la ubicación de un pozo de agua, alineamos los ejes de la casa, sustituimos todos los techos de lámina por losas de viguetas de concreto pretensadas y bovedillas de poliestireno de alta densidad, se decidió rescatar la losa de la recamara principal, ya que era la única funcional.
Cuando inició la obra, nos dimos cuenta que bajo la casa convergían drenajes de vecinos, debido a esto decidimos cambiar toda la instalación hidrosanitaria para que no tuviera problemas de saturación en el futuro.
El proyecto era demasiado ambicioso para nosotros solos, imaginamos que sería posible financiarlo generando contenido audiovisual monetizable a través de plataformas digitales, principalmente YouTube y Facebook, convirtiéndose en un proyecto sustentable a largo plazo; pero no fue así.
Buscando apoyo, invitamos a empresas nacionales a colaborar en el proyecto aportando materiales de construcción a cambio de publicidad en redes sociales y fue una sorpresa muy satisfactoria el darnos cuenta que muchas empresas decidieron apoyar el proyecto de Gabriela.
Por lo que debemos agradecer puntualmente a cada una de ellas, ya que sin su apoyo este proyecto no hubiese sido posible:
Gracias a este proyecto nos dimos cuenta que la buena arquitectura es más necesaria en las viviendas más humildes, qué lo más ecológico es no construir desde cero y que trabajando en conjunto se pueden lograr grandes cambios.
Si como arquitectos nos enfocamos en mejorar las viviendas existentes de la población, causaremos un menor impacto en el planeta y al mismo tiempo mejoraremos la vida de millones de familias que no pueden acceder a una nueva vivienda.